Cuidado con Juan Rafael Allende
Vivian Lavín conversó con el ilustrador Adrián Gouet y el periodista y editor Claudio Aguilera, sobre el libro "Memorias de un perro escritas por su propia pata", basada en la obra homónima del escritor satírico Juan Rafael Allende, escrita a fines del siglo XIX.
De manera inocente, aparece un libro de un periodista, escritor y dramaturgo decimonónico. Una novela ilustrada que a fines del siglo XIX fue ampliamente leída en la modalidad de entregas semanales en uno de los diarios más leídos en Chile entonces. Con la descripción que antecede, surge de inmediato el concepto "rescate patrimonial" y eso lo pone en una condición que no hiere ni ofende a nadie, cuando se trata de un material de más de cien años que de manera refrescante y juvenil se presenta como un libro ilustrado.
Pero cuidado, porque se trata de Juan Rafael Allende y su célebre novela Memorias de un perro escritas por su propia pata. Una obra que desde su mismo título acusa la ironía y el humor que rezuma en el pensamiento de uno de los más progresistas y valientes cronistas de nuestro país . El gran desconocimiento de la importancia de Juan Rafael Allende en esa etapa de nuestra vida republicana, particularmente a fines del siglo XIX, evidencia lo que no terminamos de aquilatar: el poder de la oligarquía y la iglesia chilena en el modelamiento de una sociedad anestesiada. Un diagnóstico que entonces, el propio Allende resumía diciendo: "Verdaderamente que si el pueblo de Chile tuviera un poquito más de hígado y un poquito más de vista, hoy levantaría horcas en las plazas de Valparaíso y Santiago para colgar a esos explotadores del pueblo", apuntando a esas familias y grupos cuyos apellidos siguen tan vigentes en la repartija del dinero y el poder en Chile.
Gonzalo Marín es descendiente de Juan Rafael Allende y fue quien adaptó esa obra que ya se tenía por olvidada, y junto al ilustrador Adrián Gouet, investigaron con respeto y fidelidad, para hacer un libro que remece a un lector en tanto esboza una sonrisa dolorosa del Chile de entonces, inalterable en la inequidad e injusticia del que hemos construido en 100 años. Lo hicieron de la mano de Letra Capital Ediciones, una casa editora de reciente data que tiene como misión la reflexión sobre la ciudad y su historia.