Diarios espirituales y doloridos
El poeta chileno visitó la trapa del sacerdote de la Liberación, Ernesto Cardenal en el Gran Lago de NIcaragua a comienzos de la década del 70. Ahí conoció la vida de una comunidad espiritual única, para regresar a un Chile marcado por un Golpe militar. Ambas vivencias las relata en dos libros: El año de la Ira. Diario de un poeta chileno en Chile y Solentiname. Un viaje por Nicaragua.
Hace pocos días conversamos en Vuelan las Plumas con este gran poeta chileno, miembro de la llamada generación literaria de 1960. Hablamos sobre el sentimiento y la emoción que respiran las 165 páginas que integran su libro El año de la ira: Diario de un poeta chileno en Chile. septiembre de 1973-septiembre 1974. Un libro que no tiene nada de ira, a pesar del nombre en el título y cuya historia nace a partir de la experiencia de un largo viaje iniciático por América Latina, recorrido marcó a su autor y le templó el espíritu lo suficiente para hacerle entender que debía quedarse en permanecer en Chile mientras sus amigos partían a sus largos exilios.
En ese viaje de conocimiento y, sobre todo, autoconocimiento Jaime Quezada vivió una de las experiencias más profundas e importantes de su vida. En Nicaragua, en Solentiname, fue hasta la particular trapa creada por el poeta y sacerdote Ernesto Cardenal, donde trabajó, escuchó y se empapó de los valores espirituales que le permitieron resistir tanto dolor, tanta pena.
Les invitamos a escuchar aquí la entrevista completa que realizó con Vivian Lavín en el programa Vuelan las Plumas.
Fotografía acompaña artículo de Mauricio Ávila, "Gabriela Mistral anticipó que una mujer sería presidenta". Año: 2004 Colección: Biblioteca Nacional.