El Cardenal vuelve a hablar
Por dolorosa o feliz que sea, la memoria sostiene a la esperanza. Y este libro, El Cardenal (Liberalia Ed.) es un ejercicio de memoria realizado por personas jóvenes, Kôte Carvajal y Lucho Inzunza, que poco tuvieron que ver con todo lo que sucedió en el Chile de hace 50 años, pero que toman con responsabilidad y cariño la tarea de contárselas a sus contemporáneos... eso produce esperanza.
Lucho dice que no sabía nada del Cardenal Raúl Silva Henríquez, y que hoy, sin embargo, se considera su "fan". Para ello tuvo que leer sobre su trabajo, su vida y también informarse de lo que pasaba en el Chile de entonces. Como por ejemplo la tortura y desaparición de cuerpos en el fondo del mar. Eso lo conmocionó al punto que junto a Kôte decidieron incluirlo en su trabajo, como una manera de remecer a esos otros jóvenes a los que está destinado este libro, para que a través de este lenguaje gráfico comprendan la profundidad de esa herida llamada desmemoria e impunidad. Dice Kôte que cuando comenzaron no entendían muy bien la figura del sacerdote, pero intuían que era algo importante, y por eso se sumergió en la biografía escrita por Ascanio Cavallo y otros documentos históricos. Todo esto les permitió ir aquilatando el peso de Don Raúl, como le decían sus más cercanos. Y es que esto de hacer "dibujitos" no es una cuestión de lápiz y papel o, para decirlo de manera más moderna, de computador y programas de diseño e ilustración. Necesitaron una memoria de quien algunos consideran un "santo" y que para las clases acomodadas en sus billeteras y en su moral era un cura rojo y molesto. Un hombre prácticamente olvidado para la historia oficial. No solo para ella, también para la propia historia de la Iglesia reciente, que no lo destaca como un hombre extraordinario, fuera de la norma, que entendió la urgencia de tomar una posición clara e irreductible desde aquel 11 de septiembre de 1973. En cambio, ha preferido la Iglesia, con su parsimonia milenaria, que sean los exégetas de ojalá un par de cientos de años más, los que ponderen la obra de este abogado de profesión y cura por vocación. Pero la porfiada realidad y la voluntad de estos jóvenes ilustradores, talentosos y comprometidos, Kôte Carvajal y Lucho Inzunza, nos vienen a recordar la figura y legado de don Raúl, representándolo desde la misma portada en una actitud muy activa, caminando con determinación mientras se aleja de las graderías, donde están los militares custodiando a esos hombres envueltos por Las frazadas del Estadio Nacional, como las ha testimoniado Jorge Montealegre en su libro del mismo nombre. Dicen los autores que el libro contiene un 90 por ciento de rigurosa verificación y un 10 por ciento, que aun no siendo verdad, sí es verosímil, puesto que corresponden a momentos de los que no existen testimonios exactos, pero sí la certeza de que sucedieron. Como su encuentro con Pinochet en el que utilizan las herramientas del dibujo para graficar la tensión de una cita de la que poco sabemos que mucho intuimos. Esa intuición que juega en muchas direcciones y nos permite también ir configurando la esperanza de que no porque no hayamos logrado lo que soñábamos, significa que la batalla la hemos perdido.
Los invitamos a escuchar la conversación que sostuvo la periodista Vivian Lavín junto a los autores de este libro.