Esas locas mujeres
La periodista y directora del documental “Locas Mujeres” conversó sobre esta obra que retrata la profunda relación de la Premio Nobel de Literatura, Gabriela Mistral, y Doris Dana.
Desde que Gabriela Mistral regresó a casa, como se denominó la inédita aventura que emprendieron Doris Atkinson y Susan Smith desde que la primera se convirtió en la albacea testamentaria de su tía Doris Dana, el viento ha soplado fuerte.
Frío, fuerte y violento, como el viento Mistral que golpea las costas Mediterráneas, Gabriela llegó a casa desordenándolo todo. Atrás quedó la figura de la poeta maltratada por la sociedad chilena de mediados del siglo XX, también la poeta de los niños de Montegrande cuyas rondas infantiles ya se escuchan apenas.
Gabriela regresó a casa de la mano de dos desconocidas y prudentes norteamericanas que la trajeron prácticamente entre algodones, como le gustaba ser tratada y que la depositaron en las manos de los organismos más confiables y especializados para resguardar su legado.
Una de las primeras personas que pudo ver la magnitud de lo que esto implicaba fue María Elena Wood, quien cámara en ristre, partió a Estados Unidos, en momentos en que las toneladas de libros, manuscritos, cartas y memorabilia era empacada con destino a Chile. Se revelaron entonces, decenas de cajas que conservaban a una Mistral que se ríe, que canta, que manifiesta sus afectos de manera abierta y transparente...otra Gabriela... que dejaba a atrás a la adusta profesora primaria.
Lo que María Elena Wood vio y conversó junto a Doris Atkinson, quedó reflejado en el documental Locas mujeres que acaba de ser estrenado en nuestra capital.