La lectura y su buena salud en tiempos digitales
En un tweet reciente que comparte la entrevista que ha concedido el escritor César Aira a la Revista de Libros de El Mercurio y firmada por el periodista Juan Rodríguez, dice: "El libro es un objeto precioso, que ha sido deseado y atesorado durante miles de años. Lo digital es espectral, fugaz, feo y secundario. ¿Quién quiere eso?”. Pues parece que la gran parte de niños, jóvenes y adultos del mundo que encuentran en internet su principal fuente de información y entretención. En el marco del Día Internacional del Día del Libro y la Lectura la periodista Vivian Lavín conversa con uno de los autores de este reciente y revolucionario ensayo sobre lectura y libros, y el rol de las Bibliotecas Públicas.
¿Cómo se puede estar totalmente de acuerdo y también discrepar con una aseveración como la de César Aira? Pues valorando al libro como uno de los soportes más maravillosos, como lo habrán sido las piedras, papiros y manuscritos para nuestros antepasados. Soportes de lectura que nos han permitido como humanidad comunicarnos a través del tiempo y mediante simples trazos transmitir la emoción o información de épocas de las que desconocemos casi todo. La invención del lenguaje oral y su posterior codificación escritural evaporaron vectores tradicionales permitiendo que el libro impreso, con la invención de la imprenta, se convirtiera en el soporte principal de lectura y transmisión de pensamiento... hasta hoy.
Pero no se puede sostener su denostación de la lectura digital, pues de la misma manera que usted lee esto desde su celular, accede a los escritos de Aristóteles o Shakespeare. "La lectura se ha renovado como quizás no lo hacía desde la invención de la imprenta", dicen Constanza Mekis y Christian Anwandter, autores del libro Bibliotecas escolares para el siglo XXI. Desarrollo de comunidades de lectura (Ed.Narcea). "La lectura hoy en día no está circunscrita al libro", dicen. La dicotomía libro versus mundo digital, ya es algo del pasado, es una mirada binaria de la realidad que no se sostiene sino en quienes no quieren asomarse a otros mundos... una actitud que sorprende cuando viene justamente por parte de quienes hacen de su vida el compartir sus propios mundos interiores y que muy bien les haría la lectura de este otro libro, sí un libro impreso que justamente viene a derribar esa creencia. Negar la lectura digital hoy es una cuestión peligrosa incluso para la estabilidad de nuestra democracia. Así de relevante. Porque la lectura es un ejercicio permanente de decodificación de la realidad, sea a través de libros, imágenes, videos... Y dejar al libro como monarca absoluto de la lectura es como poner a un viejo rey, sabio pero monolingüe, frente a un pueblo extranjero. Un regente que no debe temer a ser destronado sino que a lo peor, a ser simplemente ignorado. Y esa es la más grande plaga para nuestros pueblos: nuevas generaciones alejadas de la lectura debido, sobre todo, a la imposición, a la lectura escolar como una condena, a la biblioteca como un espacio de castigo y aislamiento social. Así, en lugar de propender a la formación de lectores nos hemos quedamos, simplemente, sin lectores y es cuando más se necesita de personas atentas y agudas de pensamiento. "Para quienes están más familiarizados con la lectura digital – dice Mekis y Anwandter-, el mensaje de la necesidad de extender la lectura crítica a espacios como las redes sociales (donde pueden circular noticias falsas, por ejemplo) es una forma de garantizar que los ciudadanos puedan participar en la vida pública de manera informada y responsable".
Los invitamos a escuchar la conversación entre la periodista Vivian Lavín y el Doctor en Historia y Semiología del Texto y de la Imagen de la Universidad Denis Diderot Paris VII y actual profesor de Literatura de la UAI, Christian Anwandter.