Los libros de la vergüenza
Acaba de asumir con nuevo director de la Biblioteca Nacional del Perú el escritor y diplomático Alejandro Neyra, quien fuera, hasta hace pocos meses, el agregado cultural de Perú en nuestro país. Escuche la conversación que tuvo Vivian Lavin con Alejandro Neyra.
Chile es un país que, al igual que le Peru, también ha sufrido de mano extranjera el robo de su patrimonio cultural, incluso, humano. Imposible olvidar cómo familias completas pertenecientes a nuestros pueblos kawésqar, mapuche, tehuelche y selk'nam fueron exhibidas en París, Londres, Berlín y Zúrich en los llamados Zoológicos humanos. Hombres, mujeres y niños de cuyo genocidio ningún país se ha hecho responsable, y menos de la devolución de sus restos mortales.
Por eso entendemos que el verdadero abrazo de los pueblos es la solidaridad y el más grande saludo de amistad que le podemos brindar al Perú en el marco de sus Fiestas Patrias, es la toma de conciencia de estos hechos. Actos que no han sido contados en la relación histórica que hemos recibido los chilenos en nuestra formación de vencedores de una Guerra tan innecesaria como manipulada por intereses extranjeros. Gestos que hay quienes consideran innecesarios debido al paso del tiempo, que en este caso, no sana las heridas, y que al contrario, supuran de manera permanente en el recuerdo del ultrajado. Mientras nuestras cancillerías debaten en tribunales internacionales cuestiones que deberían haber solucionado con las herramientas de la diplomacia, y se hace ostensible la indecencia de algunos políticos chilenos y peruanos que buscan sacar dividendos a partir de la épica patriotera, nuestras Bibliotecas nacionales dieron cuenta de que las cosas se pueden hacer de otro modo: que el diálogo debe ser tan respetuoso como informado, para que no confundir ni manipular a nuestros respectivos pueblos.
Acaba de asumir con nuevo director de la Biblioteca Nacional del Perú el escritor y diplomático Alejandro Neyra, quien fuera, hasta hace pocos meses, el agregado cultural de Perú en nuestro país. Tiene una enorme tarea por delante pero sabe que cuenta con el apoyo de sus similares chilenos que están deseosos de poder compartirle el trabajo desarrollado en nuestras bibliotecas públicas. Asimismo, existe el ánimo en las autoridades competentes de examinar nuestras dependencias y revisar las ediciones antiguas en la búsqueda del timbre del Escudo del Perú y la leyenda "Biblioteca Pública de Lima", que las identifica como suyas.
Sin duda, que los representantes culturales de Chile y Perú volverán a estar a la altura y les darán una lección magistral de diplomacia a las clases políticas respectivas, como buenos discípulos de José San Martín, el gran libertador de ambas naciones.