MAUS
La editora y escritora Beatriz García Huidobro comenta el libro MAUS de Art Spiegelman
En ocasiones uno debe agradecer a quien le presentó un libro. Hace casi veinte años un colega, Valentín Palomer, me prestó unas fotocopias de los dos tomos de este libro. Afortunadamente ahora ha sido reimpreso en castellano por Emecé de Argentina y se encuentra en las librerías chilenas.
Los cómics poseen una capacidad expresiva que no puede mantenerse al margen de la literatura cuando logran un nivel alto como el de Maus. El primer tomo se llama "Mi padre sangra historia" y en él se presenta al padre del autor, un judío inmigrante en Estados Unidos, avaro, enfurruñado, atrapado en un pésimo segundo matrimonio con otra sobreviviente del Holocausto. Existe una gran incomunicación entre padre e hijo, un malestar constante en la relación que el autor, Art Spiegelman, trata de acortar o al menos entender, recogiendo la historia de su padre. Ahí él empieza a narrar cómo conoció a su primera mujer en Polonia y de qué modo los primeros signos de persecución dispersaron a la familia, los privilegios, los órdenes establecidos, las traiciones, y cómo sobrevivir se transformó en el único mandato.
El segundo tomo "Y allí empezaron todos mis problemas" mantiene el esquema de intercalar el presente, los rasgos de personalidad del padre y los desencuentros con el hijo y con los tiempos actuales, todo ello con la historia de sus años en Auschwitz, donde la lógica perversa en los campos de concentración generaba que los compañeros de desgracia de algún modo fuesen también enemigos para la sobrevivencia. Los demás son desconocidos a pesar del destino compartido, cada cual debe intentar desarrollar sus propias estrategias para no morir, ni por azar ni por error, el equilibrio es tan precario que se derrumbará por cualquier detalle desatendido.
Si bien la lógica de los campos de exterminio es muy conocida, Spiegelman consigue hacerla cotidiana, real. Y genera un punto de comprensión entre ambos, entre padre e hijo, cuyas historias de vida han sido tan diferentes. En los detallados recuerdos del padre emerge lo que tantos sobrevivientes han dicho: lo lograron por pura suerte, por puro azar. Y también agregan, muchos de ellos, que no fueron los mejores los que sobrevivieron, queriendo decir con esto que sin ser cómplices del sistema y mantener un individualismo implacable, no se podían mantener con vida.
En el cómic los judíos son representados con ratones, de ahí el título Maus, y los nazis son gatos. Otros personajes son cerdos, los polacos que traicionan a sus compatriotas, pero finalmente todos son humanos despojados de humanidad en este conmovedor relato.