Mirar para aprender leer
El ilustrador Pepe Palomo presenta después de más de 3 décadas un libro esencial en la literatura infantil mexicana. En conversación con la periodista Vivian Lavín en el marco de la FILSA cuenta la historia detrás de este “texto sin palabras" y del papel que juega la ilustración en la literatura infantil y juvenil.
Pepe Palomo es padre del destacado chef chileno- mexicano Matías Palomo, quien pertenece a una nueva generación de cocineros que se ha preocupado de revalorizar los productos chilenos. ¿Por qué es importante destacar este dato? Porque Palomo padre confiesa que fue precisamente este libro –editado por Liberalia Ediciones- uno de los factores que gatilló profundas inquietudes en el niño, y luego adolecente Matías: "Mi hijo dice que su pasión por la cocina nació de este libro. Yo pienso que aquí hay una confabulación de intereses", señala con un dejo de chochería.
José Pepe Palomo, pertenece a una generación de dibujantes que reclutó nombres como Hervi, los hermanos Vivanco y De la Barra, entre otros. Con el primero inició su carrera, pero razones de fuerza mayor los separaron: Hervi hizo su carrera en Chile y Pepe se trasladó en 1973 –autoexiliado - a México, país donde permanece hasta hoy.
En 2009, Palomo ganó el premio "La Catrina" en el Encuentro Internacional de Caricatura e Historieta de Guadalajara en el marco de la Feria Internacional del Libro que se realiza todos los años en esa ciudad; y que próximamente – entre el 1 y 8 de diciembre - abre nuevamente sus puertas. Tanto Pepe Palomo como con Vuelan las Plumas estaremos presente en la cita más importante de la lengua española.
Matías y el pastel de fresas ha sido todo un éxito habiendo vendido más de quinientos mil ejemplares en una edición exclusiva para las bibliotecas públicas de México.
"Yo trabajé muchos años en la Secretaría Pública, ilustrando libros de texto con lo que los chicos estudiaban. Entonces, ese tipo de ilustración tenía un pie forzado, porque tenía que servir al texto pedagógico. El requisito fundamental de la ilustración era la claridad, que no entorpeciera el estudio, si no que idealmente lo complementara", cuenta. Pepe Palomo confidencia que el libro Matías y el pastel de fresas nació en el marco de una discusión con los antiguos maestros que decían que había lectura sólo cuando había texto. "Pero yo les dije: "¿Qué pasa si yo tomo un libro que cuenta una historia con imágenes y se lo paso a un niño que no está alfabetizado y ese niño le cuenta a su compañero de curso la historia con sus propias palabras? ¿Hay lectura o no ? ¡Naturalmente hay lectura! Porque estás entregando un contenido que alguien puede reproducir", recuerda.
Palomo señala que los beneficios del acercamiento temprano al lenguaje permanecerán en el niño de por vida y favorecerán su desarrollo escolar. Por eso invita a los padres a leerle poemas a sus hijos pequeños, cantarles canciones, acercarlos a la sonoridad del lenguaje desde el inicio, ya que está comprobado que contribuye a la formación de personas que serán más sensibles, receptivas y por ende creativas.
Los invitamos a escuchar la conversación junto a Pepe Palomo.