Traductor de lo difícil
Nada menos que con los últimos versos del poeta francés Stéphane Mallarmé y sin saber que eran los más difíciles, se inició en el mundo de la traducción este gran hombre de las letras del Perú.
Su propia obra poética comenzó más tarde, con Terra incognita (1975), Sílabas de palabra humana (1978), Las acumulaciones del deseo (1980), La eternidad que nunca acaba (1985) hasta Cuatro poemas secretos (2012), entre otras publicaciones.
Es un académico de extensa trayectoria, cuyos estudios literarios fueron compilados en dos volúmenes bajo el título de Escritos en el agua (2004). Su obra, La música de la humanidad es una antología de poetas románticos ingleses indispensable para comprender esta vertiente, lo que lo convierte en uno de los traductores más prestigiados del Perú y que sido reconocido como Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de la República Francesa. Hoy, es Presidente de la Academia Peruana de la Lengua.
En esta cálida conversación junto a la periodista Vivian Lavín, este poeta recuerda sus inicios como traductor y editor, de Vallejo y tantos otros, principalmente, franceses e ingleses. Asimismo, repasa la estrecha y amistosa relación entre sendas Academias de la Lengua, donde figuras como el poeta Pedro Lastra, miembro correspondiente de la chilena en el Perú, dan cuenta de un vínculo cultural estrecho y fructífero.
Silva Santisteban fue responsable de las colecciones El Manantial oculto y las Obras esenciales del Rectorado de la Pontificia Universidad Católica del Perú, hasta hoy, que desarrolla una extensa actividad editorial desde la propia Academia de la Lengua, publicando textos esenciales.