Alicia al otro lado del espejo de las mujeres
Alicia Fenieux ya está inscrita en la escena literaria actual como la única autora chilena de ciencia ficción. Así es reseñada en antologías extranjeras donde han sido publicados sus cuentos. En el caso de sus novelas, han sido premiadas en Chile con importantes reconocimientos. Y es la autora de ciencia ficción, la que nos sorprende con la novela La Hija de Inés (Ed. Forja), con la que le da la espalda al futuro y vuelve los ojos atrás, retrocediendo casi 50 años en el tiempo y en lo profundo de la vida patronal del campo chileno. Una historia de amor tensionada por la diferencias de clase y en un contexto histórico-político muy peculiar: una dictadura militar muy en el fondo.
La Hija de Inés (Ed. Forja) de la autora Alicia Fenieux es un libro que está ambientado en lo que se deduce es el Chile de los años 70, a pocos años del Golpe Militar, donde retrata la vida de una mujer de la oligarquía chilena marcada por su físico y la fortuna heredada y su reverso, a través de Macarena, una joven bellísima pero cuya familia se ha empobrecido.
A pesar de tratarse de una novela clásica y de época no pierde el hilo del tema que una y otra vez visita la autora, como son las mujeres que tienen como centro de sus vidas, la apariencia física y las consecuencias de ello. En Amor de clones con la que obtuvo el Premio a la Mejor Novela Inédita 2016 del (Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio) está Melina en el centro existencias de sus dos hijas-clones que no logran salir del influjo de una madre de la cual heredaron la belleza y no saben bien qué hacer con sus almas. Sea Melina o Inés o Pilar y sus respectivas hijas, no importa, todas repiten la tensión entre madres e hijas, los modelos de mujer y la genética que heredan de sus progenitoras y que marca, a los ojos de Alicia, de modo fatídico sus vidas. Un sino del cual parecieran no pueden escapar.
Y es la autora, Alicia Fenieux quien visita a cada una de estos personajes pero desde el otro lado del espejo, observándolas cómo se miran y proyectan al mundo, cuando están a solas y se observan en sus miserias, fealdad o belleza. Y va más allá, claro, poniendo al trasluz el modelo de familia y de sociedad que las somete y del cual parecieran no pueden escapar.