AUCH! Las Autoras Chilenas Feministas dijeron Basta!
Desde la manera cómo decidieron llamarse con signo de exclamación incluido, indica que se trata de un llamado de atención, de algo que debe doler o incomodar. El colectivo de las Autoras Chilenas Feministas quiso ser una interjección, una manera de decir Basta! a una estructura patriarcal que lo diseña todo, que también incluye, por cierto, al área de la cultura del que ellas son parte: el mundo editorial.
Nacieron el 8M de 2019, cuando salieron a las calles de Santiago a marchar bajo el lema #CuestionaTuCanon. Hoy, ya son un colectivo que ha venido a incomodar el mundo editorial del que son parte y más.
"Trabajamos por reparar la desigualdad histórica que las mujeres han vivido en nuestra área y también las ganas de celebrar la escritura hecha por mujeres, potenciándola y visibilizándola", dice la escritora Andrea Jeftanovic, quien trabajó arduamente por conseguir el reconocimiento a la más importante dramaturga chilena del sigloXX, Isidora Aguirre. "La brecha de género existente está presente en el Premio Nacional de Literatura que lo han ganado 49 hombres y sólo 5 mujeres. Cifras como esta ilustran la iniquidad que nos mueve reparar", puntualiza.
Han venido reflexionando de manera colectiva y ya tienen algunos diagnósticos precisos:
1. El trabajo literario se mueve en un ámbito informal (favores) sin contrato ni pagos.
2. Necesidad de cambiar el "contrato social" en la cadena del libro - editores, autores, ilustradores, diagramador, traductores en la que todo participante sea retribuido por su trabajo. Paradójicamente, la figura del autor ocupa un lugar algo débil en esa cadena.
3. El pago efectivo por pago de derechos de autor .
4.Creemos necesario crear conciencia de los trabajos alrededor del ecosistema del libro (reseñas, críticas, entrevistas, conversatorios, presentaciones, etc.). Todas son instancias que exigen tiempo profesional, además, de una trayectoria y ahora figuran en instancias gratuitas (en diarios, sitios web), sin pago, o de autogestión.
No cuentan con una estructura típicamente jerarquizada en este tipo de organizaciones. "Tenemos una organización horizontal y descentralizada", dice Angela Neira, autora y editora de Concepción.
Y como todo colectivo de vanguardia que se precie de tal cuentan con su Maniesto que en este reportaje radial lo comparte la escritora Nona Fernández: "Somos un colectivo de diversas mujeres relacionadas con el mundo del libro que, luego de marchar juntas el 8M de 2019, nos hemos autoconvocado para seguir trabajando en conjunto. Nos mueve el deseo de reparar la desigualdad histórica que las mujeres han vivido en nuestra área y también las ganas de celebrar la escritura hecha por mujeres, potenciándola y visibilizándola. Aspiramos a ser un espacio inclusivo y transversal, que rompa los límites geográficos, etarios, étnicos, de clase social, de orientación sexual, de género escritural, y que acoja a las minorías. Somos un colectivo feminista, por lo tanto con una inclinación de trabajo profundamente política. Nuestro ánimo es el de sumar, damos cabida a todos los feminismos, en un concepto de permanente transformación y diálogo con los tiempos. Nuestro espíritu y estructura son dinámicos, nos seguiremos pensando y modificando según nuestras propias necesidades y reflexiones. Estamos al comienzo de un camino, sabemos que nos queda mucho por madurar y decidir. No tenemos líderes, nuestra organización es horizontal".
Para este 2020 que tiene el sello de la pandemia y de la paralización total, tienen proyectos: "Queremos replicar el Congreso de escritoras de 1984, inspiradas en nuestras precursoras estamos planificando, en cuanto se normalicen las crisis sanitaria, relanzar esa fiesta de autoras, escritoras disidentes, crítica feministas. Para esto nos estamos formando con ellas, siguiendo lecturas y revisando archivos. Hemos pensando en un congreso que incluya a las fundadoras y se abre a las autoras que las hemos seguido. Nos imaginamos un congreso amplio, latinoamericano, con autoras, editoras, críticas. Y soñamos con avanzar en las demandas del estallido social. Manteniendo nuestros objetivos de base, como colectivo nos hemos puesto al servicio de la revuelta chilena iniciada el 18 de octubre. El 2020 viene con un gran desafío y ese es trabajar por una nueva Constitución para Chile escrita paritariamente, con la urgente presencia de la pluma de las mujeres. Una Constitución Feminista. A esto se suma esta crisis sanitaria que nos ha obligado a estar a la altura de la urgencia de este difícil momento. Como trabajadoras de la cultura nos movilizamos por visibilizar la gran precarización que ha sufrido siempre todo el sector de la cultura y que en esta pandemia queda en evidencia absoluta. Queremos aprovechar esta instancia para establecer los diálogos y las alianzas y las acciones que ayuden a instalar políticas públicas y mejores prácticas para el desarrollo del mundo cultural, y en específico el mundo de la cadena del libro, del que somos parte. Hemos participado en reuniones gremiales, con el Fondo del libro, y más", dice Angela.
La entrevista completa la pueden escuchar aquí.
Miércoles 29 de abril de 2020