"En esta casa fue revelado el secreto de los sueños"
A pesar de ser censurado en diversas galerías de arte, el artista visual Gonzalo Díaz, actualmente se encuentra exponiendo "El neón es miseria" en las fachadas de las galerías Metropolitana y D21 y, el 26 de junio inaugurará la muestra "Lonquén" en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos.
Las obras de Gonzalo Díaz se han paseado por el mundo, es académico de la Universidad de Chile y uno de los más destacados representantes del arte visual chileno del siglo XXI, a pesar de estar circunscrito en la escuela de Santiago de la generación del '80, junto a figuras como Eugenio Dittborn, Domingo Dávila o Alfredo Jaar.
En entrevista con Vivian Lavín, el artista Gonzalo Díaz, habló sobre "Lonquén", la exposición que se inaugurá el próximo 26 de junio, y que repone una de las obras más emblemáticas y significativas para el arte contemporáneo chileno y latinoamericano.
Originalmente titulada Lonquén 10 años y exhibida en la Galería Ojo de Buey en Santiago en 1989, esta obra fue posteriormente exhibida en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en Madrid en la exposición F(r)icciones: Visiones del Sur (2001) .
Lonquén hace referencia directa a la localidad del mismo nombre de la Región Metropolitana de Santiago, conocida ampliamente por el llamado Caso Lonquén, el cual corresponde al primer caso de violaciones a los derechos humanos donde se articula con claridad el concepto de Detenido Desaparecido durante el gobierno militar de Augusto Pinochet
El caso Lonquén describe el magnicidio de 15 campesinos cuyas edades fluctuaban entre los 17 y los 51 años, todos campesinos de los fundos y parcelas locales, quienes fueron fusilados y posteriormente quemados en el interior de los antiguos hornos de una mina de cal. El crimen fue cometido por carabineros de la tenencia de Isla de Maipo en los días posteriores al golpe de estado de 1973.
En 1978 y producto de una confesión hecha a un sacerdote del arzobispado de Santiago, los hechos son conocidos y corroborados por periodistas, juristas, políticos y sacerdotes quienes rápidamente ponen en conocimiento al poder judicial, el que conoce y condena el primer caso sobre violaciones a los derechos humanos por los crímenes de la dictadura.