Gabriela y San Francisco
Sin estridencias, al más puro estilo franciscano, Gabriela Mistral vuelve a sorprender. Esta vez en una faceta poco explorada, como es su devoción por San Francisco de Asís y los Motivos que escribió a modo de biografía. La editora y traductora de este material, que por primera vez ha sido compilado en un solo libro bilingüe, es Elizabeth Horan, quien decidió llamarlo simplemente: Motivos. The life of St. Francis.
Cuando Gabriela Mistral llega a México, a comienzos de la década del 20, invitada por el ministro de Instrucción Pública de ese país José Vasconcelos, su espiritualidad estaba fuertemente influida por el budismo. Quien aprendiera a leer con la Biblia junto a su abuela, no dejaba de ser cristiana, pero la sencillez budista le atraía más que el catolicismo pre conciliar con tanto oropel y latinasgos. La tarea para la cual había sido invitada compartía con sus creencias la cualidad de la privación, cuando las escuelas habían sido prácticamente arrasadas después de la Revolución. Su tarea sería la de implementar la reforma educacional, fundando por todo México nuevas escuelas para consolidar un modelo educativo democrático y de calidad.
Para desarrollar esta tarea, Gabriela Mistral necesitaba de alguien lo suficientemente organizado, competente y ejecutivo que le permitiera ir materializando su ideario. Gabriela se sabía débil en las cuestiones prácticas y una buena secretaria sería su complemento perfecto. Y así fue como se le asigna a Palma Guillén. Como toda primera impresión, la de Palma no fue favorable hacia Gabriela. La encontró "mal vestida, mal fajada, con sus faldas demasiado largas, sus zapatos bajos y sus cabellos recogidos". Sin embargo, a partir de 1922 se forja una de las amistades y cariños más profundos de la vida de Gabriela, una vida que sigue sorprendiendo por sus múltiples pliegues y redescubrimiento con ocasión del legado que llegara a Chile hace apenas unos años.
"Gabriela Mistral en 1920 decía que era cristiana pero no católica, sin embargo, regresa del México pos revolucionario convertida en franciscana. ¿Qué le pasa en esos años? La respuesta es Palma Guillén", dice la académica y biógrafa Elizabeth Horan. Una transformación apasionante y que se puede descubrir en su propia obra, en Los motivos de San Francisco, una suerte de biografía poética del Santo con la pluma y espiritualidad de una mujer que no solo hizo sus votos en la natal Asís sino que además, dejó como herencia sus derechos de autor a los Franciscanos para que ellos los entregaran a sus verdaderos herederos: los niños de Montegrande.
Elizabeth Horan estuvo en Chile presentando este edición bilingüe y conversó sobre ella con Vuelan las Plumas.