La literatura como una experiencia vital
Se demora en promedio tres años en escribir cada una de las novelas que sus adeptos esperan con frenesí. Durante este tiempo, esta autora coreana desarrolla una metodología parecida a la de los “actores de método”, metiéndose en la piel de sus protagonistas, al punto de experimentar en su vida diaria las mismas condiciones que ellos. S ha internado en una clínica siquiátrica y ha hecho senderismo durante la noche, para experimentar problemas mentales y la ceguera, por ejemplo. Los invitamos a escuchar esta conversación entre la periodista Vivian Lavín y la escritora coreana autora de la novela El buen hijo, gracias al apoyo del Instituto de Traducción de Literatura, LTI, y a la traducción de Carolina Jiménez.
Por Vivian Lavín Almazán
Jeong Yu-Jeong es una autora que escribe con el propósito de llevar al lector a un mundo nuevo y desconocido, y una vez que éste ha ingresado, ella se preocupa de cerrar bien la puerta para que no escape. Una estrategia que la ha convertido en una de las autoras de mayor renombre en Corea hoy y que ha sido llamada "la Stephen King coreana".
Desde pequeña latía en ella la idea de convertirse en escritora pero la historia de un tío dedicado a al escritura y que murió en la pobreza fue una suerte de fantasma que pesaba en su familia y que no la dejaron siquiera pensar en la idea de seguir sus pasos.
Así es como se graduó de enfermera, y a pesar de esa sacrificada vida que en tiempos de pandemia han adquirido el status de heroica, no dejó de escribir... hasta que obtuvo el Premio Juvenil de Literatura en el año 2007, con el libro Mi vida en Spring Camp.
A partir de entonces, la enfermería pasó a segundo plano hasta finalmente decidirse por la escritura.
Es autora de los libros Dispara mi corazón (2009), Siete años de oscuridad (2011) y el Felicidad perfecta, publicado este 2021 y lo que ya la tiene empinada en los ranking de venta.
Hoy hablaremos de su libro El buen hijo, publicado en 2016 y publicado en castellano en 2016 por Penguin Random House, y traducida por Luis Alfredo de los Frailes.
Un thriller que como bien lo sabe Jeon Yu-Jeong, atrapa al lector encerrándolo junto a un personaje que da escalofríos y que a mí, personalmente, me hizo sufrir mucho.
Usted ha sido una autora muy persistente. Y el año 2007 obtiene un importante Premio: Youth Literature Award por su libro My Life's Spring Camp. ¿Cómo recuerda esos años mientras escribía sin aun obtener premios ni haber publicado?
En este sueño de convertirme en escritora hubo momentos de mucha esperanza y otros de desesperanza. Me preguntaba mucho a mí misma si lo que efectivamente quería era convertirme en escritora o solo quería escribir. Porque son dos cosas distintas: una cosa es dedicarse a la escritura como una profesión, como lo hace un profesor o una enfermera, y otra dedicarse a escribir. Cada vez que me hacía esa pregunta me respondía que lo que yo quería era simplemente escribir, más que cualquier otra cosa. Esto es lo que me ayudó a sobrellevar estos momentos en los que era desconocida, cuando tenía que esforzarme mucho en mi trabajo como escritora.
Resulta muy interesante la manera cómo distingue eso de ser escritor a disfrutar de la escritura, como una pasión o un hobby. Tengo entendido que no es la única escritora de su familia. Hubo un tío suyo que se dedicó a la escritura y murió en la pobreza. Esto hizo que en su familia el oficio literario fuera visto como algo peligroso. ¿Qué es lo que la literatura le entregó para vencer esos fantasmas?
La literatura me da libertad. Es cierto que mi tío tuvo mucha influencia en mí. Desde pequeña, cuando empecé a escribir, lo que hacía era entregárselo a él, quien leía mis escritos y los corregía. Mi tendencia era a escribir de manera muy carismática y mí tío subrayaba esas oraciones y me aconsejaba ser muy precisa con mi escritura, decir solo lo que yo quería expresarle al lector, más que adornarlo. Y así lo he hecho hasta hoy y así espero seguir haciéndolo.
Es un lindo recuerdo que refleja la importancia de este tío en su carrera. ¿Hay otras figuras de importancia en su carrera literaria?
Mi madre, a pesar de que ella se opuso a mi sueño de convertirme en escritora. Era ella quien desde pequeña me compraba muchos libros para niños de mi edad. Pero también en mi casa habían muchos libros para adultos y los leí también. Esto es algo que me permitió fortalecer mi sueño de convertirme en escritora.
Una vez más, la lectura y la escritura como dos elementos que siempre van juntos. Tengo entendido que le dicen "la Stephen King coreana". ¿ Le gusta esta comparación?
Si los fanáticos de Stephen King escuchan esto, seguramente me van a tirar piedras (Se ríe). Efectivamente he leído mucho a este autor y él ha sido un modelo, un maestro a seguir, pero reconozco que tenemos diferencias y me gustaría que me reconocieran por mí misma.
Toda la razón. ¿Qué es lo que tiene el thriller psicológico como género literario que la entusiasma tanto?
Desde muy joven, me interesé en la sicología. Cuando ingresé a la Universidad, tomé muchos cursos de sicología. En el año 1992, me impresionó mucho el hecho de un hombre asesinó a sus padres. Cuando supe de este crimen y el hecho de haber perdido a mi madre muy joven, me comencé a preguntar ¿cómo una persona puede llegar a asesinar a sus padres? Y es que yo cada vez que veía a una madre con su hija tomadas de la mano por la calle me daban ganas de llorar, la he extrañado siempre. Entonces me preguntaba cómo era posible que alguien hiciera eso. Lo más cercano para describir la sicología humana es el thriller, por eso lo empecé a desarrollar. No toda mi obra es thriller, también desarrollo otros tipo de literatura, pero efectivamente es el género con el que soy más reconocida.
Hablemos de su cocina literaria. Tiene una formación científica y utiliza el método científico para enfrentar la escritura: escritura sinopsis, investigación, borradores sucesivos, lectura de atrás para adelante, hasta que llega a la forma final. En definitiva, es muy exigente... ¿es así como trabaja cada novela?
Sí, es cierto, así lo hago en cada una de mis novelas. Aun no estoy acostumbrada a escribir, al oficio de la escritura. Por eso cada nuevo libro que empiezo, lo siento como si fuera el primero y por eso necesito de esta rutina o método sistemático para escribir. Mis lectores me reclaman que publique más libros ya que con este sistema me demoro como tres años en publicar un libro. Sin embargo, mi último libro me demoré solo dos años. ¡Así que he mejorado! (Se ríe)
Podemos decir que es una escritora de fuego lento. Dispárame en el corazón es la novela con la que en el año 20210 gana un importante premio. Para escribirla hizo senderismo de noche para experimentar en carne propia la percepción de la ceguera, la fragilidad frente a los desconocido. ¿Qué otros experimentos ha desarrollado para su escritura?
Además de realizar este "hiking" o senderismo nocturno, también estuve residiendo una semana en un hospital siquiátrico para poder representar con la mayor fidelidad el ambiente que se vive en otra de mis novelas: desde el ingreso al hospital, recibir el tratamiento, la convivencia con los pacientes... todo eso lo hice como un experimento científico. En una de mis novelas el personaje principal es un nadador y como yo no sé nadar, tuve que aprender para experimentar la relación entre el ser humano y el agua, y aprendí a nadar. ¡Y ahora nado muy bien! (Se ríe)
Tenemos acá a una autora que experimenta la escritura. Porque hay autores que sin salir de su escritorio escriben libros de aventuras, en cambio, Jeong Yu Jeong experimenta realmente los que sus personajes viven. Es una literatura encarnada, la hace carne, la vive. Hablemos de un tema más complejo y que también se relaciona con lo personal, con la ética personal. Usted estudió en una Universidad confesional y proviene de una familia católica. He leído que usted pensaba que lo malvado era no respetar las reglas que impone la sociedad, como matar. Pero cuando estudió ciencias cognitivas y psicología evolutiva se dio cuenta que esas normas sociales y la moralidad son elementos propios de las culturas, son cosas creadas por el ser humano. Le atrae mucho observar la maldad humana sin esa norma restrictiva. Se considera a sí misma como alguien que es capaz de ver estos actos sin sujetarlos a un criterio ético. ¿Cómo se dio en tu interior esta pugna entre el deber ser del catolicismo y esta forma de ver al ser humano?
Mi familia es católica, desde mi abuela hacia abajo. Por lo que desde muy joven recibí una formación de mucha moral y ética, por lo que fue muy difícil para mí deshacerme de esos criterios al observar estos hechos, estos crímenes, observar a los sociópatas y ver el crimen en sí, sin un juicio moral de por medio. Lograr esto, fue un largo proceso de observación de manera objetiva la realidad, sin juicios de por medio. Experimento mucho la condición de mis personajes. Así es que experimenté actuar como un sicópata y para eso tuve que dejar atrás juzgar los hechos según si eran buenos o malos, y en cambio pensar si me traían beneficios o pérdidas. Es un cambio de enfoque. Por supuesto esto no lo podía hacer en mi diario vivir, en el calle, y así es cómo me encerré en mi casa durante dos años intentando internarme en este personaje que era un sicópata. Mi marido me evitaba lo más posible – ya estamos bien, hemos vuelto a la normalidad (se ríe) - ,pero eso fue durante la escritura de la novela. Cuando la terminé intentaba salirme del personaje, y es un proceso que cuesta mucho, y para eso lo que hago usualmente es salir a recorrer, me voy a limpiar a ciertos lugares sagrados, como el Himalaya o el Camino de Santiago, en España, o a la isla de Jeju, en Corea, donde se hace mucho senderismo.
Vaya, de la misma manera que los actores de método. Ahora, vamos a leer una parte del libro El buen hijo, cuando el protagonista Yu Jin dice: "En este mundo conviven las personas más variopintas, cada una de ellas haciendo lo que le parece y llevando las riendas de su vida. Entre ellas alguien puede convertirse en un asesino, bien por accidente, por un arrebato de cólera o por simple diversión. Eso era la vida. Siempre lo había sabido pero nunca habría imaginado que yo podía llegar a ser uno de ellos". Cualquier persona puede convertirse en asesino, según este personaje cuya relación con su madre Kim Ji Won es el centro de la trama.
Yu Jin, el protagonista de El buen hijo, no me parece tan cruel comparado con otras cosas (Se ríe). Lo que quiero dar a entender en mis novelas es que el ser humano es un ser muy complejo, que no podemos afirmar que una persona sea 100% buena o mala, sino que así como hay luz, también hay oscuridad. Usualmente, el ser humano vive en su espacio de luz, esto es, siendo buena persona, amable, respetando a los otros, porque de esta manera hemos sido instruidos a ser, pero eso no quita que cada uno de nosotros tenga su lado oscuro. Y en ese lado oscuro brotan emociones como la ambición, la envidia, el enojo, la violencia...entonces, cualquier día puede ocurrir que una fuerza externa nos afecte de tal manera que nuestra reacción sea desde nuestra oscuridad, y son esos los momentos cuando tomamos malas decisiones, ahí actuamos con maldad. Es el inicio. Eso es lo que me gusta explorar en mi escritura, tomar este inicio para ver el desarrollo de las personas, si es que al final va a tomar esa decisión o si en el camino recapacita y toma otra opción. En el caso de Yu Jin, es un poco distinto, porque esto viene desde el nacimiento, ser un sicópata es algo innato en él y tienen mucho que ver con su madre. Y eso es lo que hace que este libro sea diferente de los otros que he escrito.
¿Cómo fue la escritura de este libro: dolorosa, difícil? ¿Cómo vivió ese proceso?
En la escritura de este libro me sucedió eso de que me fue difícil deshacerme de mis valores, de mi formación ética, por lo que fue complejo y crudo de escribir. Entonces, mientras escribí El buen hijo me convertí en una sociópata y ese proceso fue muy divertido de escribir. Lo que sí fue difícil, fue volver a la realidad, retornar a mi vida normal. Y una vez que retomé mi vida habitual fue bastante asfixiante.
¡No lo puedo creer! Que lo más difícil fue regresar a la realidad. Qué impactante. Pensaba todo lo contrario. ¡Qué diferentes somos!¡Qué maravilla! Quisiera que nos hablara de su último libro Felicidad perfecta. ¿De qué se trata?
Este libro trata sobre un narcisista que busca la felicidad perfecta y para lograrlo, va eliminando todas las "infelicidades". La particularidad de este texto es que el protagonista no tiene voz y quienes cuentan la historia son tres personajes secundarios que observan a este narcisista. Los lectores dicen que esta historia les produce miedo, pero a mí no me dio miedo, al contrario, fue una escritura muy entretenida.
Lo mismo que esta conversación: muy entretenida y alegre. Muchas gracias por aceptar esta entrevista en Vuelan las Plumas.
Fue un gusto. Agradezco la posibilidad de poder hablar de mi literatura y a pesar de que yo no hablo español, siento que fue una conversación muy alegre. Un muy buen momento. Gracias.
Le agradecemos a esta autora por su participación en este programa. También al Instituto de Traducción de Literatura Coreana, LTI, y a Carolina Jiménez, coordinadora del Instituto Rey Sejong – Santiago, quien nos ha traducido esta conversación.
Photo ©An Sang-mi