La sombra de Claudio Magris
Descubrió a Magris en 1991 cuando estudiaba italiano y se topó con un ensayo del autor que hablaba sobre el conflicto yugoslavo. Capturada por una escritura capaz de entender lo que había detrás de una guerra interracial tan terrible como la yugoslava, surgió entonces la necesidad imperante de traducirlo. Sería la primera de muchas obras narrativas y ensayos que llevaría al idioma castellano. Su búsqueda obsesiva por el trabajo de Magris permitió que su archivo fuera creciendo y adquiriera proporciones gigantescas. Algunas revistas y periódicos comenzaron a publicar sus traducciones y ensayos, hasta que en 1996 viajó a Trieste a conocerlo en persona. Se juntaron en el café San Marcos - que es donde él escribe usualmente – y allí conversó con el hombre y el escritor que dan vida a esta significativa obra.
En la Fil de Guadalajara 2014 María Teresa nos cuenta cómo se forjó esta relación que perdura hasta la actualidad y que permite a hispanoamérica disfrutar de su prosa.