Las otras escrituras de Virginia Woolf
"La ventaja de este método es que, sin querer, recojo algunos asuntos desperdigados que de haberlo pensado dos veces, habría excluido, pero que son los diamantes en el montón de basura", dice Virginia el 20 de enero de 1919. Los invitamos a escuchar la conversación entre la librera Berta Concha y la periodista Vivian Lavín sobre estos libros de Virginia Woolf que invitan a leerla y releerla.
Una niña dotada precozmente de una escritura incisiva e irónica es la versión de Virginia Woolf que sorprende a quienes leen Las aventuras agrícolas de un "cockney" y Aventuras de un padre de familia editadas por Nørdica Libros. Una adolescente muy lúcida para sus no más de trece años que, sin pudor, retrata a una pareja que debido a ciertas herencias, cambia de posición social pero no así de la forma de ver su aburrida vida. Esta pareja de "cockney de nacimiento", como se reconocen a sí mismos, y que representa a cierto grupo social del East End londinense de comienzos del siglo pasado, de modales un tanto rudos y rurales, que también era considerado como ignorantes. Dos pequeñas piezas literarias que permiten asomarse a la imagen de mundo de quien entonces era solo Virginia Stephen, una niña golpeada por la orfandad de la madre y una extrema sensibilidad cuya escritura se haría prontamente fundamental para el pensamiento y la literatura universal. El diario de Virginia Woolf Vol.I (1915-1919) es otra magnífica oportunidad para entender a la genia inglesa. Un libro publicado por la editorial Tres Hermanas y que ha contado con la edición de Anne Olivier Bell y la introducción de Quentin Bell, con la traducción de Olivia de Miguel. Un libro para tomarlo en "pequeñas dosis", dice la librera Berta Concha. La serie de diarios que cubren desde 1915 a 1941, cuando decide ingresar al río con sus bolsillos cargados de piedras, son una espléndida posibilidad de asomarse a su escritura más espontánea pero no menos valiosa y que serán publicados en cinco tomos, siendo éste el primero de la serie. "Me doy cuenta que la escritura de este cuaderno no cuenta como escritura; acabo de releer mi diario del año pasado y me sorprende mucho el rápido e irregular galope al que camina y a veces rebota irritantemente sobre los adoquines. No obstante, si no lo hubiera escrito a la velocidad de la máquina más veloz y me hubiera parado a pensar, nunca lo habría escrito; y la ventaja de este método es que, sin querer, recojo algunos asuntos desperdigados que de haberlo pensado dos veces, habría excluido, pero que son los diamantes en el montón de basura", dice Virginia el 20 de enero de 1919. Los invitamos a escuchar la conversación entre la librera Berta Concha y la periodista Vivian Lavín sobre estos libros de Virginia Woolf que invitan a leerla y releerla.