Roma y sus eternas enseñanzas
Raro que en tiempos de exhibicionismo virtual, un autor de una obra maciza y de corte histórico opte por el anonimato. Más raro aun, que una editorial como Planeta haya aceptado a este NN publicar una novela histórica ambientada en la Roma del siglo I. Todo esto hace que la novela La ciudad eterna sea uno de los secretos mejor guardados de la literatura chilena reciente. Los invitamos a escuchar esta conversación de la periodista Vivian Lavín con el autor de esta obra que realiza este fresco literario de la sociedad romana del año 62d.C, con su vida, sus costumbres y creencias con una solidez y fundamento histórico que asombran y una pluma que cautiva.
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Como eximio lector de novela histórica, el autor de La ciudad eterna (Planeta, 2020) decidió escribir sobre una ciudad que nunca había visitado y sobre un período del que queda solo información referencial, ya que fue consumida por las llamas. Se trata de la Roma del siglo I, con Calígula como emperador y en momentos en que el cristianismo recién empezaba a profesarse, especialmente, en las clases más bajas.
No conocía Roma y la visitó cuando ya había terminado la novela. Sin embargo, se impresionó al ver cómo lo que había estudiado y descrito con tanto detalle en la novela, todavía podía ser visto e identificado.
Guillermo Pilgrim es el autor y el seudónimo de un destacado dramaturgo y novelista chileno que optó por el anonimato a la hora de publicar una novela de carácter monumental. Y es que la investigación histórica que sostiene las casi 400 páginas de esta suerte de novela policial ambientada en en el año 62 d.C impresiona en su obsesión por recrear fielmente la vida, costumbres y creencias de la Ciudad de los Césares.
"La sociedad romana es extraordinariamente parecida a la nuestra, donde se puede ver claramente el doble estándar o la corrupción política, por ejemplo", explica el autor. "Y es que a diferencia de los griegos, los romanos en ese período gozaban de muchas libertades, muchas más de las que tendrían en períodos posteriores. El hecho de que la mujer pudiera testar, divorciarse y casarse libremente y que sus bienes le pertenecieran", son prueba de una sociedad más avanzada de las que se llaman modernas en pleno siglo XXI. Para mostrar ese modelo de mujer, el autor de La ciudad eterna se vale del personaje de Cornelia Merga Ocella, una mujer de gran inteligencia e intuición que hace de dupla detectivesca junto a Lucius Geminius Celsus, un ex legionario y romano ejemplar, en la búsqueda del asesino de una joven aristócrata romana.
La reconstrucción histórica que realiza este académico de la Universidad de Chile de la Roma del siglo I en clave de novela tiene también una intención política, como es hablar en tiempos de desintegración social y cultural de otra civilización que tiene extraordinarias semejanzas con los tiempos que corren. "Después de mucho viajar y conocer diferentes culturas, había llegado a entender dos cosas centrales: la primera, que las culturas con una fuerte identidad espiritual eran las que sobrevivían y, sin duda, Roma había perdido su espiritualidad (...) En segundo lugar, sabía que no existían imperios, razas ni órdenes sociales eternos", advierte el narrador.
Los invitamos a escuchar la conversación entre la periodista Vivian Lavín y el autor de La ciudad eterna.
Miércoles 10 de marzo de 2021