"Siempre me he sentido un escritor con ambición universal"
Vivian Lavín conversó con el escritor en el marco de la Feria Internacional del Libro de Santiago del 2012
Quizás por ser Vallisoletano es lo que empujó Adolfo García Ortega a pensar en su europeidad, esa pertenencia a una identidad suprenacional a pesar de venir de una ciudad de estampa medieval cuya población hoy no roza los 500 mil habitantes, pero que su historia la consigna como el lugar donde se casaron los reyes Católicos, Hernando de Magallanes firmó sus capitulaciones, lugar donde murió Cristóbal Colón, y escribieron Quevedo y Cervantes, entre otros.
Sin embargo, García Ortegas decidió observar su otra pertenencia, esa que lo vincula con naciones de aspecto y habla diferentes, pero que los tiene en la actualidad con una moneda única, pasaporte y una identidad común llamada Europa.
Este viaje lo hizo a través de la literatura, y de qué otra manera cuando se está frente a un escritor, editor, traductor, articulista. Autor de varias novelas, entre ellas: Los episodios capitales de Osvaldo Mendoza (1989), Mampaso (1990), Los días rusos, Café Hugo y El comprador de aniversarios, texto con el que ganó el Premio dulce Chacón autómata y el Premio de la crítica de Castilla.
Hoy presenta Pasajero K, una novela de autoconocimiento en la que un director de cine quiere hacer una película de la historia de Europa que guarda en una caja que llama del mismo nombre. Una búsqueda que se va cruzada por la figura de Radvan karadzic, ex Presidente de la República Serbia de Bosnia acusado de crímenes de lesa humanidad durante la guerra de los Balcanes que es juzgado en la Haya. Hasta allá va el director, junto a una periodista.