Tony Ninguno: una historia premiada y nada graciosa
En el libro Años de Circo: La historia de la actividad circense en Chile de Pilar Ducci González cuenta que "según los relatos de circenses actuales, los conuntos de artistas volatineros, también conocidos como maromeros abundaban en todas las colobias españolas en el siglo XVIII y principios XIX. Estos conjuntos estaban compuestos por "gimnásticos", volatineros, graciosos, funambulistas, malabaristas, contorsionistas, amaestradores de animales y acróbatas en grupos pequeños, usualmente miembros de una misma familia, quienes, acompañados por músicos y payadores, recorrían campos, haciendas y pueblos ofreciendo funciones". Este es el mundo en que se sumergió Andrés Montero para escribir su novela Tony Ninguno, en la que narra la historia del Gran Circo Garmendia. Allí está Malaquías Garmendia, que sigue la tradición del Tony Cigarrito, administrando el circo y siendo cabeza de una familia donde se cuelan personajes como los payasos Frambuesa y Frutilla y la tía Lupita, hermanos de Malaquías junto a la parentela donde están los tíos Baltazar y Arístides, el enano Julián, la Fátima, la María Adelaida, la tía Hilda... y Sherezade, la narradora y protagonista de la historia, quien junto al Tony Ninguno. Andrés Montero publicó esta breve novela en La Pollera Ediciones, una casa editorial pequeña pero que ha obtenido este año el más importante premio a la edición con el libro elitos de poca envergadura de Simón Ergas e ilustrado por Rafael Edwards y con este, el X Premio Iberoamericano de novela Elena Poniatowska. Andrés Montero se define como un escritor y narrador oral, autor de dos libros de cuentos: La inútil perfección y otros cuentos sepiosos (LOM, 2012) y Alguien toca la puerta. Leyendas chilenas (SM, 2016), una obra breve pero acompañada de premios de aquí y allá.