Una amistad de insomnes teatrales
"Todas las obras de teatro me parecían difíciles, lateras, obvias y me parecía absolutamente imposible que yo aprendiese jamás el académico oficio de dramaturgo, lleno de fórmulas sabihondas, de carpintería teatral", escribía Jorge Díaz al crítico teatral Eduardo Guerrero en una carta del 2 de junio de 1992. Una confesión de las muchísimas que le compartió en una larga relación epistolar y de amistad que se inició cuando Guerrero estudiaba Pedagogía en Castellano, a fines de la década de 1960, y que culminó con la muerte de Díaz en 2007. Pero para Eduardo Guerrero, su relación con Díaz no se dio por terminada, cuando a comienzos de 2017, publica Jorge Díaz: el anarquista insomne. Biografía de un hombre de teatro (Ediciones Universidad Finis Terrae).
La periodista Vivian Lavín conversa con el profesor y crítico sobre este nuevo libro, que pareciera ser el último que publica en torno a la vida y obra del Premio Nacional de Artes de la Representación (1993).